La carne de ave es una importantísima fuente de proteínas, que los expertos recomiendan incluir en toda dieta equilibrada que se precie debido a que contiene aminoácidos de buena calidad y a que tiene una baja cantidad de grasas.
Pero, cuando hablamos del papel de las aves en la alimentación, no podemos limitarnos a hablar de su carne. Si por algo destacan estos animales es por la variadad y calidad de los productos que de ellos se extraen: desde el foie, elaborado a base de hígado de pato, hasta las crestas de gallo, de las que hablaremos hoy.
Se trata de uno de los productos exclusivos y llamativos de Cascajares. Nuestras crestas de gallo, confitadas en grasa de pato, te sorprenderán por su textura y también por su increíble sabor.
¿Cuál es el origen de las crestas de gallo en la gastronomía?
Las crestas de gallo son típicas de la cocina de países como Francia o China. Dentro del territorio español, son un plato típico de Castilla y León, más concretamente de la provincia de Zamora.
Y si bien es cierto que algunas leyendas cuentan que Leonardo Da Vinci escribió un libro de recetas donde aparecían las crestas de gallo, no hay pruebas de ello. Sí se sabe, sin embargo, que los antiguos romanos las comían acompañadas de salsa de pescado, aunque el auge de este alimento tuvo lugar en la Francia del siglo XVIII.
Allí un abogado, periodista y escritor culinario francés llamado Balthazar de la Reynère fundó una asociación culinaria donde las crestas de gallo al vapor tuvieron un papel protagonista.
¿Cuáles son sus propiedades?
Las crestas de gallo son un alimento perfecto con el que dar un toque diferente a las dietas bajas en calorías, debido a su reducido aporte calórico y a su bajo contenido en grasas. Contienen mucha agua, unos 67 gramos por cada 100 gramos de producto, y son ricas en proteínas.
Además, las crestas de gallo contienen ácido hialurónico. Este compuesto está presente de forma natural en el cuerpo humano, aunque se va perdiendo con el paso del tiempo. Por eso es interesante consumir alimentos ricos en ácido hialurónico, pues podrían contribuir a dar firmeza y estructura a la piel, así como a la retención de agua.
En 2015 un grupo de científicos españoles descubrieron que la cresta de los gallos presenta un compuesto que multiplica por diez la actividad de las células sinoviales, que están implicadas en la mejora de la movilidad y previenen que las articulaciones se deformen.
Las mejores formas de comer las crestas de gallo de Cascajares
Por sí solas las crestas de gallo son un manjar digno de las mejores cocinas, que ya está presente en las cartas de numerosos restaurantes de renombre. Pero también pueden ser el acompañamiento perfecto para dar un toque gourmet a tus platos y dejar a tus invitados con la boca abierta.
Este alimento hará que tus ensaladas y tus arroces brillen con luz propia. Su sabor único convierte cada bocado en una experiencia digna de recordar que no dejará indiferente a nadie. Además, las crestas de gallo combinan a la perfección con carnes, pescados, e incluso acompañadas de un delicioso sofrito de verduras.
¿A qué estás esperando para probarlas?
