¿Te gusta el rabo de vacuno, pero no lo comes porque prepararlo te parece demasiado laborioso?
Este plato tradicional de la cocina cordobesa destaca por su melosidad y su textura. Se trata de uno de los cortes de carne más tiernos que puedes encontrar. Sin embargo, se necesitan largas horas para prepararlo y, en el contexto actual, no todo el mundo dispone del tiempo necesario para disfrutar de este manjar.
Por suerte, en Cascajares te damos el trabajo duro ya hecho. Puedes disfrutar de un rabo de vacuno de la mejor calidad con tan solo calentarlo durante 8 minutos, aproximadamente, en un horno a 180ºC.
Breve historia del rabo de vacuno
Si bien este plato suele asociarse a la cocina andaluza, y más concretamente a la tradición gastronómica cordobesa, cabe destacar que los antiguos griegos ya lo consideraban una delicia.
Se trata de una receta con un amplio recorrido histórico, pues el gastrónomo romano Marcus Gavius Apicius lo incluyó en su recetario De re Coquinaria: un libro de recetas escrito en latín que él supuestamente escribió allá por el siglo I, pero que los historiadores creen que data del siglo IV, aproximadamente.
No obstante, la forma más común de elaborar el rabo de vacuno tiene su origen en la Córdoba del siglo XVI. Abderramán III, último emir independiente de al-Ándalus y primer califa omeya de Córdoba, disfrutaba ya en el siglo VII del rabo de vacuno, plato con el que celebraban las corridas de toros.
Sin embargo, si el rabo de vacuno ha llegado a nuestros días no es gracias a los grandes señores. Todo lo contrario. Durante largos años se consideró el rabo de vacuno un deshecho que las clases populares compraban a muy bajo precio. No fue hasta la llegada de José García Marín, dueño de «El Caballo Rojo», que se convirtió en el manjar que conocemos hoy. Fue él quien introdujo este plato en los festines organizados en las cacerías del rey, donde lo servía acompañado de verduras y estofado al vino tinto.
¿Cuáles son sus propiedades?
El rabo de vacuno contiene:
- Proteínas involucradas en el transporte de oxígeno y otras sustancias a través de la sangre y en la regeneración de los tejidos.
- Minerales como el fósforo, que cumple un importante papel en la formación de los huesos y en el mantenimiento de los músculos; el calcio, que también contribuye al desarrollo de la estructura ósea, ayuda a coagular la sangre y a transmitir señales nerviosas; y el hierro, que contribuye al crecimiento y es una parte importante de la hemoglobina, es decir, de la proteína responsable de que los glóbulos rojos lleven el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo.
- Vitamina B, responsables del proceso por el que extraemos energía de la comida.
- Colágeno, que previene el desgaste de los tejidos y ayuda a que la piel esté firme y elástica.
¿Quieres aprovechar todas estas propiedades y probar este bocado exquisito? ¡Hazlo de la manera más fácil con nuestro rabo de vacuno!
