La carne de pollo es una de las más populares no solo por su asequibilidad, sino también por su sabor y sus propiedades. Tanto es así que la tradición gastronómica de comer pollo comenzó hace más de 4.000 años, con las primeras civilizaciones. Fueron los habitantes del valle del Indo, contemporáneos de los antiguos egipcios, los que decidieron domesticar este animal.
Tras la caída de esta cultura y la expansión del Imperio romano, el consumo de pollo llegó a Europa, donde por aquel entonces fue considerado un alimento exótico.
El papel de la carne de pollo en la historia
Durante la Edad Media, la carne de pollo se convirtió en uno de los alimentos favoritos de las clases altas. En la época feudal su presencia en los banquetes era signo de estatus, pues en diversos lugares de Europa formaba parte del tributo que el pueblo tenía que rendir a sus señores.
Tanto es así que, incluso después de la colonización de América, la carne de pollo se consumía solo en las veladas más especiales. La carne de este ave, cuyo consumo se ha popularizado hasta el punto de que los expertos recomiendan consumirla dos o tres veces por semana, no se expandió hasta el siglo XX.
En España el pollo es actualmente la carne más demandada por los consumidores. Sin embargo, no siempre fue así, pues hasta los años 60 se consideraba un alimento de lujo, reservado solo para las ocasiones más especiales.
¿Cuáles son las propiedades del pollo?
El pollo es un tipo de carne blanca de origen avícola, cuyo consumo se ha generalizado debido a su sabor, sus beneficios y su económico precio.
Se trata de una carne magra, con muy poca materia grasa, perfecta para consumir en dietas bajas en calorías. Además está repleta de proteínas de muy alta calidad, especialmente presentes en la parte de la pechuga.
También contiene minerales tan importantes como:
- El calcio, que fortalece los huesos.
- El magnesio, que ayuda a mejorar las defensas.
- El potasio, que interviene en el transporte de oxígeno al cerebro.
- El zinc, con propiedades antioxidantes.
- El fósforo, cuya función es nutrir al cerebro, conservar la memoria y prevenir el deterioro cognitivo. Al ser un mineral muy presente en el organismo humano es fundamental consumir alimentos ricos en fósforo.
En cuanto a las vitaminas, el pollo es un alimento cargado de vitaminas de tipo B. Entre estas destacan la vitamina B3, que participa en la metabolización de las grasas y los azúcares, y la vitamina B6, que ayuda a mantener en funcionamiento el cerebro y mejora la producción de glóbulos rojos.
Entre sus múltiples beneficios encontramos que:
- Fortalece los huesos.
- Contribuye al desarrollo de los músculos.
- Es bajo en colesterol.
- Ayuda al mantenimiento de los vasos sanguíneos. Esto ocurre porque consumir pollo contribuye a reducir la homocisteína, que los daña.
- Nutre órganos tan importantes como el hígado o los riñones.
- Contiene derivados de la vitamina A que ayudan a proteger la vista.
- Debido a su bajo aporte de grasas es de fácil digestión.
- Es rico en triptófano, un aminoácido que, además de incrementar notablemente tu bienestar, puede ayudarte a dormir mejor.
- Contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso central.
Prueba nuestras pechugas de pollo con salsa de setas
Como puedes imaginar por sus múltiples propiedades, el pollo debería formar parte de tu dieta. Si estás cansado de comer pollo asado o no sabes con qué condimentar tus pechugas, nosotros tenemos la solución.
Con nuestras pechuguitas de pollo con salsa de setas no tendrás que preocuparte por cocinar, pues una vez servidas y calentadas están listas para comer.
Además, son deliciosas, aptas para celiacos y muy económicas, pues puedes disfrutarlas por tan solo 3,50€.