Alfonso Jiménez
historia

Alfonso Jiménez: “El primer trimestre lo hemos finalizado con una subida de más del 30% en nuestras ventas respecto al 2021”

Poco a poco vamos dejando atrás el ajetreo y las complicaciones que nos han venido acompañando durante los dos últimos años. Nuestra sociedad enfoca con muchísima ilusión un 2022 que se presenta lleno de retos y con ganas de recuperar el tiempo que nos ha “robado” la pandemia. 

En Cascajares nos enfrentamos a los meses venideros con la misma ilusión con la que hace 30 años Alfonso Jiménez y Francisco Iglesias fundaron la empresa. También entonces eran tiempos difíciles pero nada pudo frenarles.   

Este comienzo del año nos ha traído una importante recuperación. “El primer trimestre lo hemos finalizado con una subida de más del 30% en nuestras ventas respecto al 2021” explica Alfonso Jiménez al analizar el año del que ya hemos consumido una cuarta parte. 

Y las expectativas ante el 2022 son positivas: “creo que será el año de la vuelta al consumo en restaurantes y de las celebraciones familiares: la gente empieza a juntarse de nuevo y vuelven a celebrarse bodas y comuniones. Para nosotros esto es buena parte de nuestra facturación”.

El mundo online, presente y futuro

2020 y 2021 han sido dos años muy complicados para todos pero en Cascajares nos ha permitido conocer mejor a nuestros clientes y sus hábitos de consumo. El coronavirus trajo consigo una transformación digital que a nosotros nos pilló muy preparados ya que llevamos vendiendo online desde el año 2004. Internet es una parte fundamental para el presente y el futuro de Cascajares. “Llevamos casi veinte años vendiendo a través de nuestra página web y año tras año experimentamos un crecimiento del 20%”, explica Alfonso. 

La venta online es un canal estratégico para nosotros”, reflexiona, “y queremos que lo siga siendo aún más, por eso tenemos que esforzarnos por dar el mejor servicio y por elaborar productos de la mejor calidad que puedan llegar a todos los puntos del territorio español”.

2020 y 2021, los años de la dificultad y la superación

El enfrentarse a un entorno complicado y afrontar los problemas está en el ADN de Cascajares. Alfonso Jiménez recuerda cómo fue el comienzo de la compañía, hace tres décadas: “Cuando empezamos, durante el primer año, la empresa estuvo a punto de desaparecer”, recuerda. Y ahora, echando la vista atrás recordando lo vivido en los dos años anteriores, reconoce la clave para afrontar todas las dificultades: “Nos hemos reinventado”.

Y es que el mundo ha evolucionado en este tiempo y Cascajares también. Con la hostelería cerrada, sin duda una parte muy importante de nuestro mercado, nos vimos obligados a redoblar esfuerzos, buscar nuevas formas de negocio y adaptarnos a la situación. Alfonso, junto a Paco Iglesias, no duda en admitir que “hemos tenido que innovar mucho y aplicar un gran esfuerzo para la venta a particulares”. 

No obstante, todo el esfuerzo que ha desarrollado el equipo ha merecido la pena, ya que se cierran estos dos años sin destruir ningún empleo, “ni tampoco ha bajado en exceso nuestra facturación”.

Tres décadas repletas de logros

Cuando Alfonso y Francisco comenzaron a forjar Cascajares, una empresa basada en la transformación de productos agroalimentarios, nadie imaginaba que podría convertirse en una marca tan apreciada para los consumidores españoles e internacionales. Al principio ni siquiera confiaban en ellos muchos familiares y amigos. “Hemos tenido momentos muy críticos”, admite Alfonso echando la vista atrás, “pero gracias al esfuerzo y al tesón hemos logrado dar valor a nuestra empresa”.

JUAN MIGUEL LOSTAU. 11/11//2019. VALLADOLID. COMUNIDAD DE CASTILLA Y LEÓN. ALFONSO JIMÉNEZ. CAPONES DE CASCAJARES.

Cuando le preguntamos por los hitos de los que se siente más orgulloso, está claro que le cuesta decantarse por solo unos pocos. “Recuerdo especialmente cuando tuvimos la suerte y la habilidad de hacer que nuestro capón fuese el plato principal en la boda de los Príncipes de Asturias, actuales Reyes de España”, acaba por contestar.

Se le iluminan los ojos recordando aquellos momentos. Al fin y al cabo ese logro marcó un antes y un después para la compañía, el 22 de mayo de 2004 cambió su historia “en parte porque tuvimos la valentía de producir el mismo plato de la boda para que la gente pudiese comerlo en las celebraciones familiares”.

Otro de los grandes acontecimientos que no puede evitar mencionar es la llegada de Cascajares a Canadá. Un sueño cumplido gracias a una mezcla de pasión e insensatez que ha acabado por dar sus frutos: “hay meses en los que vendemos más en América que en Europa”.

¿El secreto del éxito en Canadá? En parte su privilegiada situación geográfica, sus grandes dimensiones y sus recursos naturales. Pero también la cultura norteamericana, donde triunfa la comida preparada, y el aprecio por la comida española, “que apasiona a los canadienses y a los americanos en general”.

Nuevos retos y nuevos proyectos

Desde el primer momento, Alfonso Jiménez y Francisco Iglesias cimentaron Cascajares sobre la tradición y la innovación. Y hace tan solo unos meses han arrancado un nuevo proyecto que pretende volver al mismo lugar donde nació todo. De vuelta al campo, de vuelta a la granja en una finca de 1100 hectáreas en Salamanca. 

Mediante la cría de pavos ibéricos de manera artesanal se pretende recuperar una tradición “de la Salamanca de principios del siglo XIX”. Una práctica muy especial para Alfonso, que lleva cuidando pavos criados a bellota desde los diez años y sabe lo importante que es recuperar tradiciones.

Sobre el futuro, Alfonso cuenta con una gran certeza: “el principal reto, como siempre, es la supervivencia. Las empresas viven para sobrevivir, y si queremos sobrevivir muchos años tendremos que adaptarnos a lo que venga”, reflexiona.

No le cabe duda de que lo haremos paso a paso, como siempre lo hemos hecho, y sabe la importancia de poner la calidad por encima de la velocidad: “Creo que hay subir un peldaño, hacer las cosas bien, y luego subir el siguiente e intentar no tropezarse. Peldaño a peldaño”.

En el horizonte de Cascajares están, por supuesto, la apuesta por la calidad y por la excelencia, como también la apuesta por la sostenibilidad, otro de nuestros pilares. Por eso, uno de los retos más importantes que tenemos actualmente es el de elaborar nuestros productos respetando el medioambiente, para que dentro de cuarenta años podamos disfrutar de “un mundo mejor que el que tenemos ahora”.

Nuestra labor social

Si por algo hemos luchado en Cascajares desde el primer momento ha sido por lograr la integración de las personas con discapacidad en el mundo laboral. Y es que, si la imagen de Cascajares son los productos, el alma de la empresa es la Fundación Cascajares, que apuesta por “devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado”.

Ese es el motivo por el que la Fundación se especializa “en algo tan sumamente concreto como dar a la gente con discapacidad intelectual una formación adecuada a sus capacidades, mediante dos años de formación académica especializada y otros dos años de empleo con apoyo de un tutor”.

30 años rescatando tradiciones olvidadas, ofreciendo productos ya preparados de la mejor calidad, trabajando sin perder la pasión… Y todo ello sin perder de vista el objetivo de crear valor para una tierra a veces olvidada: Castilla y León.

Por eso, Alfonso, no duda en lanzar un mensaje a esos nuevos emprendedores que se plantean lanzar sus proyectos en Castilla y León: “Yo les diría que lo hagan, que aquí me tienen para ayudarles y aconsejarles. Siempre me gusta hacer un símil con el mundo del campo. La empresa es como la siembra. Hay que plantar la semilla en invierno, cuando más frío hace y las condiciones son más duras. Si esa semilla arraiga con los envites del invierno seguro que será una planta fuerte y robusta cuando llegue el buen tiempo, que al final siempre llega…”

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