Un burgalés vendiendo en México productos de una empresa palentina, conexión gourmet castellano leonesa en el país azteca. Y es que en estos tiempos que corren cada vez está más claro que hay que mirar hacia fuera para intentar esquivar esta crisis que nos aprieta. Así lo pensó Alfredo de Lara Velasco cuando hizo las maletas y se montó en un avión dispuesto «a hacer las Américas» y se marchó al país de Zapata. Enamorado de los caldos castellanos, decidió montar una importadora de vinos llamada Divino Veritas y dio a conocer a los mexicanos las bondades de de Rueda, Cigales, Toro o la Ribera del Duero. Su proyecto siguió…