Dentro de apenas mes y medio se cumplirán trece años del desembarco de Cascajares en Canadá, “un mercado estratégico y prioritario en el futuro del grupo”, en palabras de nuestro Presidente Alfonso Jiménez.
Aprovechando el aniversario, y que también se acerca la celebración de los once años de nuestra planta propia al otro lado del océano, hemos querido hablar con Isabelle Eysseric, nuestra Directora General allí.
Con ella repasamos cómo se han vivido estos años, el cambio de hábitos que ha supuesto la pandemia y con qué perspectivas afrontan el futuro.
Una vida dedicada al sector alimentario
Con más de veinte años de experiencia en el sector alimentario, donde ha desempeñado el papel de Vicepresidenta de Marketing, de finanzas y de Dirección General, Isabelle aterrizó en Cascajares en 2017.
Llegaba desde una importante empresa panadera francesa, a la que ayudó a implantarse y crecer en Canadá. Con el mismo espíritu, e igual objetivo, llegaba a Cascajares, que ya contaba con un bagaje de nueve años allí.
“Calidad, humanidad y espíritu de colaboración”, recuerda Isabelle al pensar en los valores que percibió en la compañía al incorporarse. “Después de más de tres años, estoy feliz de contribuir y desarrollar la empresa en Canadá en total armonía con estos valores”.
“Estoy muy agradecida al equipo, que está permitiendo que nuestros sueños se hagan realidad, así como el desarrollo de la marca”.
El futuro de Cascajares Canadá
Chef Brigade y Le Chef et Moi son las marcas con las que Cascajares comercializa sus productos en el continente norteamericano. La primera, más orientada a profesionales de la restauración; la segunda, al consumidor final.
En la cabeza de Isabelle, la ambición: “nuestra apuesta es alcanzar a Cascajares España en términos de ventas”, reconoce. “Pero para ello tenemos que construir una marca en Canadá tan querida como es en España”.
Incluso es capaz de poner cifras: “duplicar las ventas en tres años”, lo que supone pasar de 2’6 millones de euros a superar los cinco.
“El primer paso es aumentar nuestra capacidad de producción sin tener que aumentar la fábrica, mediante la automatización y la reubicación del espacio”, reconoce. “A partir de ahí, vendrá una pequeña expansión de la fábrica”.
El efecto de la pandemia
Como en todos los sectores, la llegada en marzo de 2020 de la pandemia trastocó en cierta manera estos planes de expansión, aunque afortunadamente, como en toda crisis, las oportunidades también han aparecido para Cascajares Canadá.
“Hemos de estar agradecidos”, reconoce echando la vista atrás de este último año y medio. “Hemos tenido la suerte de contar con el apoyo de toda una comunidad: nuestros clientes, nuestros proveedores, las administraciones públicas, nuestros accionistas y nuestros empleados”.
En la base, el trabajo en equipo y mirando al futuro con optimismo: “el poder del equipo”, afirma. “Con mucho trabajo, ayuda mutua, algunas dudas y mucha confianza hemos podido diversificar nuestra base de clientes y desarrollar nuevos productos”.
Nuevos hábitos de consumo
En este tiempo, igual que ha ocurrido en España, los hábitos de consumo han cambiado en tierras canadienses, obligando a todos los intervinientes del sector a adaptarse a las nuevas circunstancias.
“Se han acelerado el comercio electrónico y las compras online”, afirma Isabelle, “y el teletrabajo ha convertido nuestro hogar en el nuevo restaurante”.
De cara a Chef Brigade el impulso llega gracias al turismo interno, y la “aceleración de las tendencias hacia lo local, lo fresco y lo natural”.
Fuerte labor social
Desde que en 1998 Cascajares contratase a su primer empleado con discapacidad intelectual, en el seno de la compañía hemos tenido claro que “devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado” había de ser una máxima a la hora de plantearse el futuro.
Esta manera de ser también se nota en el ADN de Cascajares Canadá. “El humanismo, la multiculturalidad, la mejora continua, la innovación y la calidad son valores de Cascajares”, explica. “Esto ha guiado a nuestra empresa en Canadá desde sus inicios”.
“Colaboramos con La Maison de la Famille, una asociación local”, comenta Isabelle, “que ayuda a los nuevos inmigrantes”.
“Nos reunimos con las nuevas familias que llegan a la ciudad y llenamos sus neveras con nuestros productos para darles la bienvenida”.
Fruto de la unión con La Maison de la Famille también se ha lanzado una acción solidaria de gran calado en la zona, Nous dinde-Donnons.
Con ella, y con la colaboración de la comunidad empresarial de Saint-Hyacinthe -donde se ubican nuestras instalaciones-, Cascajares Canadá quiere apoyar a las familias más necesitadas de la zona: el objetivo, conseguir que puedan celebrar con sus seres queridos el día de Acción de Gracias, según la tradición, en torno a un pavo cocinado y sabroso.
La labor social no se queda ahí: la inclusión y la diversidad también están presentes a la hora de contratar personal. “Importamos los conocimientos técnicos, las especias y los sabores españoles”, explica Eysseric, “pero traemos a Canadá algo más que ese ‘savoir faire’: nuestro equipo está formado por personas de Nepal, Bután, Colombia, Europa, África y Canadá”.
Los valores Cascajares
Para culminar la entrevista, le hemos preguntado a Isabelle por los tres valores que, desde su punto de vista, resumirían las claves del éxito de Cascajares Canadá. “Calidad, colaboración y agilidad”, afirma.
“Esforzarnos”, comenta de manera más concreta, “por alcanzar los más altos estándares de calidad en todo aquello que hacemos, y trabajar de manera incansable para que nuestros clientes y empleados se sientan como VIPs”.
En cuanto a la colaboración, su idea es mantener la mente abierta: “apoyarnos en el trabajo en equipo, tanto de manera interna como en estrecha colaboración con nuestros clientes”.Por último, la agilidad: “estar siempre dispuestos a experimentar y encontrar formas de mejorar el servicio que ofrecemos”.
