Seguramente has leído pularda, pollo y capón y te han venido a la cabeza esas cenas navideñas que reúnen en la mesa a toda la familia. Es normal, estas piezas de carne blanca son los platos protagonistas de estas veladas, pero ¿qué diferencias hay entre ellas? ¿cómo decantarse por una u otra?
Antes de nada, cabe destacar que las llamadas carnes blancas son aquellas que se caracterizan por un bajo porcentaje de grasa, siendo la comida idónea para cuidar y mantener una correcta alimentación y salud. La pularda, el pollo y el capón son algunos ejemplos de este tipo de carne que, además de ser baja en grasa, contiene alta cantidad de proteínas.
La carne magra de estas aves, es decir, las piezas cortadas sin tendones, cartílagos, venas o tejido graso, tiene un alto valor proteico y muchas vitaminas, lo que hacen de ella una opción perfecta para consumir durante todo el año, pero sobre todo durante las fechas navideñas y celebraciones.
Pularda, pollo y capón, ¿qué diferencia hay?
Es cierto que la pularda, el pollo y el capón son alimentos perfectos para consumir durante todo el año, sin embargo, la pularda y el capón comienzan a aparecer en carnicerías y grandes superficies a principios de diciembre, preparados para dar sabor a la Navidad.
A diferencia del pollo de corral que encontramos más habitualmente en las carnicerías, la pularda y el capón son aves engordadas durante un mayor periodo de tiempo, por lo que su carne es más firme. Son de mayor tamaño y contienen más grasa y menos agua.
La pularda
La pularda es una gallina joven a la que se le ha quitado un ovario para evitar que ponga huevos y así engorde y crezca sin sufrir el estrés que ocasiona el poner huevos. Este tipo de ave se consume cuando alcanza los dos o tres kilos, lo que corresponde a seis y nueves meses de cría.
La carne de la pularda es la mejor valorada, pues es muy jugosa. La grasa infiltrada no condiciona su textura tierna. A pesar de que es la carne más grasa entre las tres opciones, tiene un sabor suave y elegante acorde con la velada. En cuanto a su modo de preparación, necesita una cocción prolongada a baja temperatura, perfecta para asar o bien cocinar en puchero.

El capón
El capón es un pollo campero castrado antes de alcanzar su madurez, aproximadamente al mes y medio de su nacimiento, cuando pesa alrededor de un kilo y medio. La razón de su castración es la de eliminar su capacidad hormonal para así engordar durante los próximos seis meses, hasta sobrepasar los cuatro kilos.
La carne del capón es absolutamente deliciosa debido a su alimentación, pues mantiene una dieta rica en cereales, leguminosas y verduras, siendo castañas su plato rutinario durante las últimas semanas, de ahí su sabor a este fruto seco. La textura de su carne es muy tierna y sabrosa, perfecta para asar o incluso rellenar.
El pollo
El pollo es la carne más conocida y consumida por excelencia debido a su contenido bajo en sodio y fuente de vitamina B6, fósforo, niacina y selenio. Su fácil digestión y fuente de vitaminas hace que sea la alimentación adecuada para recuperarse de un virus. La diferencia entre el pollo de corral (campero) y el industrial es notable, pues la carne es más madura y sabrosa.
La carne de pollo de corral es muy consistente, ya que no se le aportan suplementos ni hormonas ni suplementos. Su crecimiento lento y natural da lugar una carne de calidad y nutritiva. El sabor es intenso y no tiene nada que envidiar a la pularda y al capón.
Las diferencias entre estas aves son notables, sin embargo, la elección del tipo de carne no interferirá en la comida con la que desees deslumbrar a tus invitados, pues tanto la pularda, el capón y el pollo dejarán un excelente sabor de boca.
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